Sueño Prohibido






me perdí en sus ojos 
de océano travieso
hasta perder la conciencia 
en su encantado aliento.
Y soñé su sueño,
mi propio sueño perverso.
Me interné ansiosa
 en el calor de su tibio beso
busqué asilo en su lengua brava
de fatal deseo.
Navegó mi boca hambrienta
en su exquisito cuello.
Vagué embriagada en el licor
febril de su pecho.
Ardientes de lujuria 
mis mares de anhelo
ahuyentaron los siniestros
enjambres del miedo
y bajé y bajé...
 hasta sus vértices secretos.
Exploré cada cornisa 
reptando en jadeo
sin prisa lo hice mío, 
lengua a piel, boca a beso
devorando los prejuicios 
y los viejos preceptos.
Victoriosa me enfrenté
 con su volcán violento
con mi loca pasión
 por la llama de su fuego
con intrépida succión
 ya en su más débil ruego.
Recreamos la beldad
 del universo entero
en la ternura y pureza
 de un vaivén obsceno
en dos cuerpos derrochando
eternidad sin freno.
Pronto todo fue rendición,
y final del juego.
Mares de lava abrasaron
mis labios sedientos
sellándolos por siempre
 en un sublime decreto.
Descubrí la eternidad
 en un instante etéreo.
Y este amor prohibido
 quedó en tirano suspenso
hasta el próximo beso
 que será sólo en sueños…


Desengaño


Armen filas en mis llagas
soldados del desencanto
abran fuego en mis entrañas
jinetes del destierro
La locura de esta pasión agónica
se resiste con violencia
crujen sus arterias en siniestra obsesión
ese dolor que relame el cuerpo
y llena de agujas el alma
Oh, amor no correspondido, fatal, irónico
amor cruel, infame, ángel caído
El dolor hecho carne se ha inmolado
ante la seductora flecha del desengaño
el amor escoge hoy morir amando
por no saber vivir doliendo.

A la deriva



Recorro las aguas de un silencio inerte, inmóvil
en este otoño más frío que tu recuerdo.
Cuántos océanos cruzados sin encontrarte
cuántos naufragios sepultados en mis dedos,
suturados de espanto y desesperanza,
al no hallar más que nuevas distancias
entre tu vientre y el mío.

Escamada de llanto, sobrevivo, malherida,
A la deriva, sin tus besos, floto en vanos delirios.
En mi horizonte, un sol de hielo me alimenta.
Si pudiera emerger en tu aliento
y acorazada de pasiones y sueños,
gozaría contigo un nuevo encuentro.  

Despiértame




No sé si eres o te sueño
 mis dedos tocan tu sombra
No sé si estás o te invento
en tus ojos me reflejo,
en tu boca me respiro
Y cuando al fin me nombras
cada palabra tuya es vino
que derrama en eco intenso
la copa de mi cordura.
Te amo tanto y poco espero
que ya nada es vano intento
sólo pretendo que llegue a tus oídos
este concierto de mis latidos
 y cuando tus labios me nombren
despertaré sonriendo.


Delirio de luna en celo





Furor de anhelo mojado
me expulsa del firmamento
sugerentes mareas de calor
tormentas de viento y sal
esa sal que endulza cuando besa el placer
de la noche desnuda.
Ven a mi, mar vivo, sacúdeme con tus huracanes
penétrame con tu oleaje erecto
fúndete en mi deseo bestial
que es el tuyo.
Navega mis cráteres de furioso meneo
explora mi lado oculto de luna que ama, goza y desea
con la libertad que me dio mi ego
sumérgeme, ahogame en tus besos
agítame, revuélveme con violencia.
Déjame surfear tus fantasías
chapotear en tu lujurioso aliento
remarte con placer inmenso
montarme a tus olas de agua cálida
morderte con furia beberme tu sal
y susurrarte suave al oído
¡que por ti renuncio al cielo!

Inanimado





He intentado expresar lo que no es, ni ha sido,
en ningún olvidado rincón de la memoria.
Me propuse describir los matices de unos ojos
que jamás se posaron en mi.
Quise imitar el ritmo de tus latidos
que jamás compusieron una inaudible frecuencia por mi.
Dije que tal vez podría ensayar,
fingir recordar la entrecortada respiración
que moría en la comisura de tus labios,
donde el inacabado suspiro olía a sueños mutilados, los míos.
Pero ¿cómo?
si nunca fui parte de tus sueños ni de tus realidades.
He saboreado las caricias nunca recibidas,
cuando todo supo a hielo amargo.
Pude tejer una interminable prosa
con las miradas que nunca se encontraron enmadejadas.
Construí altares con cada una de las palabras jamás pronunciadas,
con cada verbo omitido,con cada pausa, cada letra tuya;
manojo de ecos que fenecieron mudos, vacíos de esperanza.
Pensé garabatearte en muecas y suspiros,
más sólo fueron borrosos, despintados, nulos.
¿Cómo dibujar tu rostro cuando no hubo imagen ni gesto que te evocara?

Te amé. Desdimensionado, confuso, incorpóreo,
relleno de nostalgias muertas, yo te amé sin medida
Oh mi amado!

Reconstruirte en letras fue más imposible que olvidarte.
Intentar descifrarte fue como querer interpretar
un signo invisible a mis sentidos.
Oh inanimado!

¿Cómo podría esbozar un corpóreo verso que no delate tu ausencia?
Recrearte con palabras, amor,
fue vano intento de trascender tu misterio.
No es posible nombrar lo que jamás tuvo significado,
lo que no es, ni fue
En la imposibilidad de vivificarte siquiera en mis recuerdos,
descubrí mi propia inexistencia.
Si algo hay más triste que la muerte misma,
es aquello que jamás existió.
Y allí, en el confín de tu inexistencia y la mía, yo te amo.